jueves, 30 de octubre de 2014

Champús de Tahe y Matrix: rizos, volumen, cabellos permanentados y revelador de brillo

¡Hola!

Desde que creé el blog tenía ganas de hablaros de los champús que me han acompañado durante muchos años y nunca encontraba el momento. Así que de hoy no pasa.

En la foto podréis apreciar que los botes son bastante grandes, pero siempre me los he intentado comprar así porque evidentemente resultan más económicos. No obstante, para las interesadas, hay otros tamaños.

A lavarme el pelo con productos de peluquería siempre me acostumbró Mamá Envuelta en Crema. Ella ha impedido que haya usado en exceso champús de supermercado y siempre buscábamos aquello que era más complicado de encontrar. Además, os hablo de cuando no se usaba Internet por lo que o íbamos a un gremio o nada.

Antes tenía el pelo lacio y los productos que usaba no son los de ahora, que los considero más específicos para conseguir brillo, volumen y definición de las ondas. Y es que desde hace 14 años que el moldeador se instaló en mi cabeza  no me ha abandonado nunca.
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Antes de pasar a los productos considero necesario contaros cómo es mi pelo para que sepáis a qué se deben las opiniones y si a vosotras os iría bien o no. Como os decía mi melena es ondulada (gracias a un moldeador que me hago en la peluquería entre dos y tres veces al año, depende de quien me lo haga y cómo me lo haga), las raíces tienden a ensuciarse ya que son algo grasas pero el resto, haciendo especial hincapié en las puntas, son secas a más no poder. Soy de las personas que no puede lavarse el pelo con champú y secárselo sin usar antes algún producto hidratante. Ah, y pelo fino.

Pasamos a los productos:


1. Curl life de Matrix (champú para rizos)
2. Amplify de Matrix (champú de volumen)
3. Permed hair shampoo Silk de Tahe Hair System (champú para cabellos permanentados)
4. Shine capture shampoo de Tahe (champú revelador de brillo)





1. Curl life de Matrix (champú para rizos, el bote verde). 500 ml.
Este champú tiene un aroma muy agradable, define los rizos y limpia el pelo en profundidad. Después de haberlo usado durante unos cuatro años, sencillamente, me encanta. Además, noto que hidrata, aunque yo siempre necesito algún tratamiento específico tras el lavado.


2. Amplify de Matrix (champú de volumen, el bote blanco). 1 litro.
Este es otro champú que considero necesario porque aporta volumen de verdad. Eso sí, en mi caso al menos tengo que trabajar el pelo con un secador con difusor ya que mis rizos son de permanente, es decir, no son naturales. Por tanto, a medida que me crece el pelo se me va quedando liso por la zona de la raíz.

La duración del volumen es una lotería pero es el mejor producto que he encontrado. A veces te dura solo el día en que te lavas y secas el pelo, otras veces te acuestas y al día siguiente el pelo sigue con volumen y cuando no hay suerte, directamente te lavas el pelo y cuando te lo secas no hay ni rastro de volumen o si lo tenías y te acuestas, amaneces con el pelo caído. Si me levanto con el pelo sin gracia ninguna también tengo mi truco, no os preocupéis. Uso polvos voluminizadores para el cabello. Os hablé de dos tipos en el post Polvos texturizantes y voluminizadores para el cabello de Bottega Verde y Mascarilla hidratante de ICON y tenéis otra marca en la entrada Polvos texturizantes protectores de volumen para el cabello Super dust de Loreal.


Volviendo al champú, a pesar de que me gusta mucho como producto y su olor es muy agradable, sí que es verdad que tras su uso es necesario -al menos en mi caso- un acondicionador, mascarilla, suavizante... algo que dote de suavidad el pelo porque cuesta peinarlo. Por esa razón no a todo el mundo le puede parecer agradable. 


3. Permed hair shampoo Silk de Tahe Hair System (champú para cabellos permanentados, el bote rojo). 1 litro
Os muestro este champú para cabellos permanentados de Tahe pero de la misma marca también he usado el de cabellos rizados. No sé si ambos eran iguales pero con distinto nombre. El caso es que los dos se vendían en el mismo sitio. Bien, los he usado durante 14 y 10 años, respectivamente. Y me encantan porque limpian el pelo de verdad, dan forma los rizos y también los hidrata pero tampoco es para tirar cohetes ya que tengo las puntas excesivamente secas.

Lo que puedo asegurar es que he notado la diferencia cuando me lo he lavado con uno de los dos que son específicos para rizos y cuando el elegido ha sido uno con otro cometido, ya que las ondas no quedan tan definidas.


4. Shine capture shampoo de Tahe (champú revelador de brillo, el bote rosa). 1 litro
Si los productos que os he enseñado son buenos, este ya es la joya de la corona. El champú se me ha gastado pero me queda mascarilla aún. Ambos me parecen productos excelentes que hacen que el pelo brille y esté hidratado. A Mamá Envuelta en Crema le encanta que mi pelo brille, así que no tuve más remedio que empezar a hacerlo. Y han pasado 14 años. Porque si no brilla... me riñe :-P


Veredicto final:
En líneas generales todos los champús que os he mostrado me gustan mucho. Es cierto que no pueden ser 100% perfectos pero, ¿existe el champú perfecto? La definición de rizos tan brutal que prometen los champús de los anuncios de la televisión no existe (a lo mejor sí en rizos naturales, pero como lo mío es un moldeador...), igual que el brillo exagerado o el volumen de un pelo que no lo tiene por su propia naturaleza. Independientemente de esto ando buscando un champú para rizos que sea hidratante y también de volumen y brillo a la vez. Por pedir que no quede. Por ello, a pesar de que son productos que he comprado muchas veces, mi pelo se ha vuelto un poco más exigente:

- Volvería a comprar el champú de rizos de Matrix (bote verde) y el de brillo de Tahe (bote rosa). Son los que más me convencen.

- No volvería a comprar, en caso de encontrarle sustituto, el champú de rizos de Tahe (bote rojo) porque me deja el pelo de manera que no corre ni el peine y necesito más mascarilla de la cuenta. Lo he comprado muchas veces pero el pelo lo tengo más delicado ahora y he ido probando productos más hidratantes. a aparte, después de haberlo dejado de usar un tiempo, ha sido aplicármelo y tener bastantes picores...

- Tampoco volvería a comprar el champú de volumen de Matrix (bote blanco) porque no perdona ni una sola vez la mascarilla pero después sí que da volumen, si toca, como explicaba antes. Pensaréis: ¿pero no te gustaba? Sí. Pero si encontrara otro que diera volumen y fuera más hidratante no me importaría hacer el cambio.

En cuanto a la composición, hasta hace un par de años no me fijaba en las etiquetas. Pero 14 años después, a pesar de haber estado aplicándome sulfatos, siliconas y parabenos (que contienen los cuatro productos) aquí sigue mi melena, ondeando la viento y sana como una manzana. ¿Picores? todo lo que contiene parabenos produce picores. Y la verdad es que después de haber productos que no hacen que me rasque pues la idea me ilusiona ;-)

Referido al precio, poco os puedo decir, es aleatorio. Siempre los compro por Internet o en los gremios y me acojo a ofertas tipo 2x1 o descuentos sobre los productos. Pero normalmente me los compro de litro (me vaya a quedar sin lavarme el pelo...) y ya os digo, depende, pero pueden salir desde 9 hasta 30 euros o incluso más. Y si se compra champú y mascarilla pueden salir por 20 euros o incluso menos. Insisto, depende de cómo y dónde se compre.



¿Habéis probado alguno?¿algún champú favorito?
¿sabéis de algún champú que de brillo, volumen y defina 
rizos pero de verdad?

martes, 28 de octubre de 2014

Avene Loción Micelar para piel sensible (ojos y rostro). ¿Limpia o no limpia?

Cuando desde Saludacia me ofrecieron la posibilidad de probar un producto no me lo pensé dos veces y supe que Avene Loción Micelar para piel sensible ojos y rostro sería el candidato perfecto. Hacía tiempo que le tenía ganas a ese producto ya que Avene me despierta la curiosidad y lo cierto es que solo he probado el agua termal y el protector solar facial de SPF50.

Saludacia es la versión on line de una farmacia valenciana con 30 años de experiencia que destaca por los siguientes aspectos:

- Todos los productos tienen un 10% de descuento con respecto a su precio habitual.

- Hacen envíos a domicilio de todos sus productos y lo más importante desde el punto de vista de nuestro bolsillo (que es el que manda, a fin de cuentas) es que los gastos de envío son razonables e incluso económicos: son gratis a partir de 60 euros y oscilan entre 1 y 5 euros, en función de nuestra compra.

- Con el código FARMAVIGUER se consigue un 5% de descuento adicional.

- Algo también bastante positivo es que esta web siempre obsequia a sus clientes con muestras que van en consonancia con el pedido. Por ejemplo, a mí con el agua micelar de Avena me han enviado dos muestras de crema matificante de la misma marca :-)

- El plazo de entrega suele ser de 24 horas.


Bien, pasamos a desgranar el producto.

Precio:
8´91 euros 


Cantidad:
400 ml

Opinión personal:
En primer lugar, comentar que me gusta usar agua micelar por encima de las limpiadoras en crema. Sin embargo, considero que la limpieza solo con cualquier agua micelar se queda corta, así que después de usarla siempre recurro a un gel sin jabón o a un jabón facial que haga espuma y tenga que retirar con agua. Es entonces cuando noto el rostro verdaderamente limpio.

- Olor: A mí me huele a limpio y un poquito a bebé. Se nota que es para pieles y ojos sensibles ya que no desprende un olor fuerte.

- Cantidad: Es un envase bastante generoso. Hablamos de 400 ml.

- Textura: Bastante líquida, suave y nada pegajosa. No lleva aceite.

- Composición: Contiene agua termal de Avene que, además, se vende de manera individual y me gusta mucho. Sin embargo, me sorprende que un producto destinado a la limpieza y para pieles sensibles tenga perfume y PEG/PPG 4/14 DIMETHICONE (silicona).

- Eficacia en el rostro: Retira el maquillaje del rostro sin llegar a irritarlo pero llama la atención que no lo haga con facilidad, sino que hay que insistir. A simple vista el rostro está limpio pero el algodón no engaña y al volverlo a pasar, por si quedara algo, siempre sigue saliendo bastante suciedad. Por ello, recomiendo empapar el algodón. No se puede aplicar la economía de guerra y mojar un piquito del algodón.

- Eficacia en los ojos: Esta es la eterna duda: ¿de verdad que sirve para los ojos? Los míos son especialmente sensibles y se irritan y lloran con tan solo acercar el algodón con un producto que no tolere. Esta loción micelar puedo usarla sin problema ninguno pero siempre y cuando me de dos pasadas rápidas. Claro, con dos pasadas no consigo retirar la máscara de pestañas y tengo que insistir... en ese caso, el algodón tiene que estar poco mojado porque, de lo contrario, el producto acaba dentro del ojo y no es precisamente agradable. Lo cierto es que tengo mi confianza depositada en los desmaquillantes bifásicos para conseguir este cometido, pero al parecer tan prometedor, tenía que probarlo.

- Veredicto final: El producto me gusta para el rostro (no para los ojos) pero hay que hacer algunas aclaraciones:

    --- Si eres de la brigada antisiliconas... no es para ti. Mi opinión es que puedo entender que un maquillaje, una crema o una prebase contengan siliconas ya que es la única manera de hacer un efecto de alisado sobre la piel. ¿Pero un producto de limpieza para qué quiere siliconas? Si me limpio la cara es porque estoy en casa o porque me voy a acostar y no necesito que el rostro parezca más liso ni nada por el estilo. Es un razonamiento aunque no es el primer producto de este tipo ni el último que las contiene.

   --- Si solo usas una loción micelar para desmaquillarte... en ese caso este producto se queda corto, ya que hay que insistir mucho para que todos los residuos se retiren correctamente o bien empapar bien el algodón... eso conlleva gasto de producto y cuesta casi 9 euros. Por ese precio o poco más se pueden encontrar otras opciones. En este sentido os confieso que se me ha caído el mito. Quería probar este agua micelar desde hace mucho tiempo y pensaba que sería de los mejores productos para desmaquillarse por aquello de que está destinado a pieles sensibles, que es hipoalergénico y no comedogénico. No sé, es la marca que siempre usa quien tiene la piel hecha polvo y los ojos que les lloran con tan solo mirárselos. ¡Luce en todas las farmacias!

Ahora bien, surge la eterna duda: ¿es como la de Bioderma? No, queridas. La de Bioderma juega en otra división si la comparamos con todas las que he probado del mercado. Y de hecho es con la única que he conseguido desmaquillarme los ojos sin llorar. Pero también os digo que la de Avene es mejor que la de Yves Rocher o que la de Sephora, siendo estas dos últimas puro pegamento.

   --- Si además de la loción micelar, también usas gel o jabón y agua... en ese caso, el producto es correcto ya que se puede dosificar la cantidad a utilizar en función de la limpieza que necesitemos y.el envase tiene 400 ml, por lo que no veremos el bote por la mitad en dos días.  Su precio es de 9 euros... está bien. Yo me encuentro en este caso, en el que, como os comentaba al comienzo del post, después del agua micelar y del desmaquillante bifásico para los ojos siempre me lavo la cara con agua y jabón para no quede ningún resto ni de residuos ni tampoco del producto usado para desmaquillar, por lo que el producto me va bien.

¿Qué te ha parecido? 
¿conocías este producto? 
¿has comprado alguna vez en Saludacia?

domingo, 26 de octubre de 2014

Nueva York IV: Dónde comer en Nueva York

Comer en Nueva York puede ser una aventura, sobre todo dependiendo del tipo de alimentación al que estéis acostumbrados. Independientemente de eso, si encima practicáis la dieta mediterránea pensaréis que os restáis años de vida en cada vez que dais un bocado.


Ha de quedar claro que la comida en Nueva York es mala (a no ser que vayáis a restaurantes de lujo que me imagino que serán buenos). Pero como las vacaciones no dejan de ser vacaciones y hay que alimentarse de alguna manera, os cuento qué comimos el Señor Untado en Crema y yo durante nuestro viaje a Nueva York:

a) Desayunar
* ¿Un cafelito?
* ¿Un flojito, un mollete, una andaluza, una viena...?
* ¿Dónde está el zumo natural?
* ¿Y el tomate y el aceite de oliva?

b) Almorzar
1. Fridays 
2. Deli Gourmet
3. Delmonico
4. The Food Emporium
5. Joint Burguer
6. Napkin Burguer
7. Shake Shack
8. Grays Papaya
9. Chiplote
10. The Halal Guys
11. The Lobster´s Palace 
12. Asia Dog
13. Cafe Au Lee
14. Checkers Drive in Restaurants


c) Cenar

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a) Desayunar
Los desayunos lo teníamos incluidos en el precio del hotel, algo más que importante. En Nueva York encontrar un sitio para desayunar es complicado y si dais con algo que resulte de vuestro agrado, os aseguro que no es barato. Mientras que aquí estamos acostumbrados a pagar entre 1´50 euros hasta 4 o 5 euros (en función del tipo de desayuno), allí la historia es bien diferente.

* ¿Un cafelito?
- Los cafés en tacitas no existen y son sustituidos por vasos de cartón bastante grandes que permiten practicar el take away y tampoco existe el zumo de naranja natural.

- No vi Nesquit, Cola Cao o similares por ninguna parte. Aún me pregunto qué desayunan los niños...

* ¿Dónde está el zumo natural?
Lo más parecido a zumo natural que se puede encontrar son unos puestos por la calle. Aparte del zumo natural de distintas frutas se puede elegir echar unas cucharadas de proteínas. Tienen allí mismo los botes y están destinadas más que nada a quien toma esas sustancias debido a que realizan mucho deporte. A nosotros, sinceramente, esos zumos no nos entraban por los ojos. Se veían los tuppers llenos de fruta cortada, sin refrigerar y ahí, durante horas y horas... oxidación aparte.

Allí todo va envasado y a lo más que se puede aspirar es a bebidas con o sin gas y con y sin azúcar, pero no deja de ser un producto que yo no consumo de manera habitual. Eso sí, hay bebidas sin alcohol buenísimas, como zumos o tés fríos que los venden tanto en los establecimientos como en los puestos por la calle.

* ¿Un flojito, un mollete, una andaluza, una viena...?
Bagel con hamburguesa y huevo duro en el desayuno
En Sevilla entro en un bar y me preguntan si quiero mollete o rebanada o directamente que elija el pan de entre toda la gran variedad que hay. En Nueva York te tienes que conformar con los bagels (una especie de pan redondo, con un círculo en el centro y bastante contundente) o pan de molde.  Y el pan de molde solo lo vi en el comedor del hotel a la hora del desayuno.

En la calle, aparte de los bagels lo típico es comer bollería... todo material de engorde y una gracia si tienes una intolerancia alimenticia. Mi intolerancia a la lactosa ha sido un problema a la hora de comer, pero creo que los diabéticos, los alérgicos al huevo y los celiacos lo tienen incluso peor... De este tema, de los dulces sin lactosa (los mismos tampoco solían tener gluten) que conseguí probar os hablaré en otro post para quien tenga mi mismo problema y tenga planeado viajar a Nueva York,

* ¿Y el tomate y el aceite de oliva?
A mí casi me mata la alimentación neoyorquina... ni una lonchita de jamón de york o pavo, ni una rodajita de tomate, ni un chorrito de aceite de oliva... desde que se levantan están ingiriendo grasas y más grasas.

b) Almorzar
Lo más sencillo en Nueva York es almorzar, ya que se encuentran locales de todo tipo dispuestos a abastecerte. Eso sí, hay que recordar que lo suyo es comer a las 12:30. Más tarde de esa hora también podemos, claro que sí. Nosotros llegamos a comer a las 14:00 y a las 15:00 pero a esas horas ya queda menos variedad de comida.

1. Fridays 
2. Deli Gourmet
3. Delmonico
4. The Food Emporium
5. Joint Burguer
6. Napkin Burguer
7. Shake Shack
8. Grays Papaya
9. Chiplote
10. The Halal Guys
11. The Lobster´s Palace 
12. Subway
13. Brooklyn Flea
14. judío
15. Ray´s pizza

1. Fridays
Jamás nos hubiera dado por entrar en un Fridays en Nueva York, pero acabábamos de llegar y por motivos varios casi nos comemos las manos en el avión... así que en cuanto dejamos las maletas nos metimos en el primer lugar donde poder comer a las cinco de la tarde.

Nos clavaron 49 dólares por dos hamburguesas (tamaño normal), dos refrescos y dos de patatas (bastante ricas). Todo estaba bueno pero tampoco era para dar saltos. Sí destaco el sabor de las patatas pero no fue lo suficientemente maravilloso como para repetir.



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2. Deli Gourmet
Este lugar fue todo un descubrimiento. Hay varios similares por todo Nueva York (tenéis uno en la misma calle antes de llegar al teleférico) y creo que es el tipo de lugar más recomendable para comer.

El proceso es bien fácill:

- Eliges un recipiente de plástico (los hay pequeños o grandes)
- Lo llenas tú mismo de lo que quieras del buffet, ya sea comida caliente o fría (tipo ensaladas, aliños, ensaladillas...)
- Vas a la caja y pagas según el peso y el tamaño del recipiente. Es decir, el precio es el mismo ya lo llenes de salmón o de habichuelas.

Me parece ideal, sobre todo si vas con gente ya que cada uno puede comer lo que quiera. En Nueva York casi todo ya está elaborado (pizzas, bocadillos y otras comidas ya hechas) y lleva queso y ahí había mucha comida sin mezclar con queso o salsas con nata que yo podía comer por mi intolerancia a la lactosa.

Un par de recipientes similares (son de los pequeños) nos costaron con las tasas y dos bebidas, 22 dólares.





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3. Delmonico
Delmonico es similar a Deli Gourmet pero más limpio.

Los dos recipientes de la foto (son  de los grandes, no pequeños como el que os he enseñado en Deli) más dos bebidas y las tasas fueron 26´70 dólares.


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4. The Food Emporium
Y similar a Deli Gourmet o Delmónico pero más selecto y limpio está The Food Emporium. Se caracteriza porque compras la comida al peso pero tienes que pedirla. También te pueden hacer una ensalada que suele costar 7 dólares y con ella comen dos personas sin eliges otro envase con algo más. Si vas solo, con la ensalada tienes más que suficiente. Aparte, este establecimiento tiene un gran supermercado en la planta baja.

Con la comida de la foto nos alimentamos en Señor Untado en Crema y yo. Esto más una bolsa de chips y las tasas fueron 19´41 dólares.



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5. Joint Burger
De este lugar qué queréis que os diga... se encuentra dentro de un hotel llamado Le Parker Meridien. Es complicado llegar ya que nadie se imagina dónde está ubicado. Nada más entrar en el hotel, a la izquierda se ve un pasillo oscuro y estrecho precedido de unas cortinas color burdeos. Pues bien, seguimos ese pasillo y nos encontramos el siguiente garito con música alta y luz tenue:





Había una sola mesa libre, senté al Señor Untado en Crema y me armé de paciencia para esperar la cola. Mientras, entablé conversación con unos argentinos que tenía delante y me explicaron el proceso. Antes de entrar en la hamburguesería hay en la pared una serie de hojas de pedido donde se escribe exactamente lo que se va a comer, cómo de hecha se quiere la hamburguesa y los ingredientes que se quieren añadir, así como la bebida. ¡Ojo! debido a la falta de luz a lo mejor ni os dais cuenta de ese detalle e incluso está disponible en todos los idiomas.

A la hora de pedir la cheese burger (hamburguesa con queso) no os confundáis con la cheese burger vegetariana, ya que el filete es únicamente de queso (no lleva carne).

Bien, dos hamburguesas con dos de patatas (os recomiendo pedir solo una de patatas para dos personas) y dos bebidas nos costó 49 dólares. Sí, aún nos duele. La hamburguesa cuesta 7´81 dólares, la hamburguesa con queso son 8´27 dólares pero si pedís la hamburguesa doble con queso cuesta 14´70 dólares y solo varía el hecho de que lleva dos filetes, pero no más pan ni más nada.

No penséis que vais a comer en un plato... Todo de usar y tirar y la hamburguesa va envuelta en un papel, sin plato ni de plástico.

Estábamos reventados y a pesar de que el lugar no invitaba a la reflexión, nos apetecía comer tranquilos. Pues bien, como no hay sitio compartimos nuestra mesa con la pareja de argentinos. Nada nuevo para nosotros pero quien no esté acostumbrado a eso le puede chocar la primera vez.

¡Ah! no bebemos cerveza pero según nos contaron es de los pocos sitios en Nueva York (por no decir el único) donde te puedes comer una hamburguesa con una cerveza. El vaso cuesta 6 dólares y la jarra 17 dólares. Por otra parte, los refrescos son 2´30 dólares, el agua mineral 3´21 dólares y los batidos 2´53 dólares.

Y os preguntaréis: ¿estaba buena la hamburguesa? La respuesta es sí, aunque para el Señor Untado en Crema la carne estaba un poco sosa. Yo como la impregné en ketchup no noté esa carencia. No obstante, pensamos que el sitio tiene más fama que otra cosa. O que en Nueva York no se puede pedir más.

Hamburguesa normal



Hamburguesa doble con queso

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6. Napkin Burguer
Este lugar es el típico de Nueva York. En su interior, muchas mesas y la música muy alta. Parece un pub donde se sirve comida. Y si te sientas fuera, estás muy tranquilo. Nos sentamos fuera, desde luego, porque los tímpanos no los teníamos preparados para tantos excesos, aparte del calor.

Aquí pagamos 40 dólares por una hamburguesa, un taco mexicano y dos bebidas. Pero sí merece la pena. La comida estaba muy buena, se notaba que la carne de la hamburguesa era de calidad, las patatas buenísimas (y encima todo encima de un plato, ¡todo un triunfo!), la atención de los camareros era única de tal manera que pedías tu bebida y al lado te ponían un vaso de agua con hielo que te iban llenando a medida te la ibas bebiendo... caro, como todo en Nueva York, pero mereció la pena.

El taco mexicano lo pedimos por la novedad y tenía guacamole. Advertir que allí el guacamole suele picar y lleva cilantro, un sabor que no todo el mundo tolera. A mí me gusta mucho pero lo asocio con el arroz caldoso portugués.

La pena es que nos dimos cuenta de que no habíamos hecho la foto cuando ya nos habíamos comido todo...


7. Shake Shack
Este sitio es el típico de comida rápida y se forman colas que llegan al final de la calle. ¡Es impresionante! ¡y la gente espera! Incluso mientras esperas, reparten la carta por la calle para que te vayas deciendo.

Este lugar tiene bastante sitio para sentarse, aunque siempre suele estar lleno. En una ocasión vimos que había poca cola y decidimos esperar. No fueron más de cinco minutos y mientras esperábamos, leíamos la carta. Parece ser que la carne no tiene hormonas ni antibióticos y las patatas son libres de colesterol. Quizás de ahí el interés de la gente por comer en ese lugar.

Se nota que la comida está "limpia", es decir, que no sabe a fritanga. Las patatas fritas estaban muy ricas y no pedimos hamburguesas, sino perritos calientes... y buenísimos. Eso sí, algo pequeños. En definitiva, dos perritos, dos de patatas y dos refrescos creo que no llegaron a 15 dólares. Eso fue barato.

Finalmente, a quien le interese ofrecen los batidos que vemos en las películas para acompañar la comida.


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8. Grays Papaya
Este sitio es visita obligada después de leer los comentarios en foros de Internet. No voy a negar que el perrito estaba bueno o mejor dicho, no estaba malo. Era una salchicha normal, de calidad normal tirando a baja y lo que estaba buenísimo eran los aliños que le ponen por encima. Eso es lo que le da el auténtico sabor pero tampoco iría hasta la zona solo por comer el hot dog.

Había una oferta de dos perritos y un refresco por 5 dólares.



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9. Chiplote
Hay varios por toda la ciudad y ofrecen comida mexicana. Aquí entramos por pura hambre, porque mientras no pidas queso y salsa nada tiene lactosa y la verdad es que no hay mucho que contar. Puedes elegir ingredientes (como carnes de distintos tipos, lechuga, tomate, frijoles... y salsas) dentro de un rollito gigante (demasiado para mi gusto ya que no cabe ni en la boca), en el interior de un taco o bien en un plato.

Hay que tener cuidado con la carne ya que el cerdo es el único que no es picante y el guacamole sí lo es. Ahora, caro... un rato. Una bebida y un rollo (por mucho que fuera grande) fueron 17 dólares.


10. The Halal Guys
Los puestos de comida en la calle nos daban puro asco... lo sentimos pero es así. Es donde en Nueva York puedes comer barato ya que un perrito te sale por 2´50 dólares pero veíamos la misma comida de un día para otro, que hacían las salchichas por la mañana y las veías guardar por la noche...  Si alguien las compraba, les daban un calentón y al pan... incapaces de comer en un puesto callejero. Quizás nosotros tengamos otra manera de comer. Aquí si el pan no es del día, si te sirven una ensaladilla de ayer, si la bebida está calentona, si un filete está duro... hay mil motivos para negarte a pagar algo si te sirven algo malo. Para empezar, no te lo sirven así y si lo hacen puedes comentarlo y te lo cambian. Allí todo es: "es así".

Hay lugares donde no se tira nada y me parece estupendo, pero yo si voy a pagarlo no lo quiero. Por ejemplo, recuerdo que en Roma te vendían la bollería o los bocadillos duros como piedras. Se notaba que llevaban días hechos y no pasaba nada, la gente los compraba. ¡Allí es así! pero yo prefiero asegurarme de que lo que voy a comprar no está harto de coger polvo y que va a ser agradable comerlo.

En cuanto a los puestos de comida de Nueva York, me pareció curioso que quemaban pan. Sí, sí, ¡quemaban pan! ¿y sabéis para qué? para atraer a la clientela. Quizás por eso tampoco fui capaz de acercarme demasiado... olía a achicharrado a más no poder.

Bien, siguiendo el hilo de lo poco que nos gustaban los puestos callejeros, el  que os muestro era algo diferente. Se caracterizan porque venden comida halal. Eso a todos nos da exactamente igual pero a los musulmanes sí les importa y los vendedores son tan creyentes que dejaban de servirte y se quedaba un compañero, se llevaban un cartón y se ponían en el suelo a rezar. A nosotros lo que nos incumbe es que es barato, la comida tiene una salida asombrosa (sinónimo de que la comida no se quedaba cogiendo polvo y no estaba hecha varios días antes) y que estaba realmente buena. Eso sí, a mí me da fatiga el kebab y dolor de estómago y ese pude comérmelo. También os digo que era la primera vez que comía kebab desde hace... ¿seis años? ¿o más? Me cambió la vida cuando un vídeo en youtube de cómo se hacía el kebab. Os aseguro que fue entonces cuando entendí los dolores de estómago que me provocaba.

Bien, en cuanto a la comida que ofertaban había poco donde elegir: vendían kebab (de pollo, de cordero o una mezcla de ambos) o fafael (no lleva carne, son solo verduras) en plato (se considera plato el recipiente de aluminio arrugado donde te venden los pollos asados en España) o bien en un rollo.








El falafel es algo que he comido mucho y me encanta pero aquí estaba regular. Y te ponen solo cuatro bolas y mucha lechuga y arroz... no merece la pena.

El plato estrella es el que os muestro a continuación por solo 6 dólares: kebab de pollo y cordero con lechuga, arroz naranja (sin ningún sabor en especial, pero estaba bueno) y pan. Ojo, la gente se comía uno para cada uno y el Señor Envuelto en Crema y yo compartíamos uno porque no teníamos hueco en el estómago para más:


Partiendo de la base de que se nota que la comida no se queda de un día para otro y de que está realmente bueno, lo único que os recomiendo es que no miréis cuando paran de vender para limpiar... sin palabras. Yo reconozco que comí por darle el capricho al Señor Untado en Crema pero si de mí hubiera dependido, no lo hubiera hecho. Eso sí, él asegura que hubiera comido allí todos los días.


11. The Lobster´s Palace 

Nada más empezar a organizar el viaje a Nueva York teníamos claro que queríamos probar una langosta en Nueva York... y nos arrepentimos.

Fuimos a The Lobster´s Palace en Chelsea Market y era impresionante: todo el mundo comía langostas, parecía que las regalaban. La más pequeña, del tamaño de un gamba arrocera casi si se le quitaba la cáscara era de 25 dólares más las tasas. Y la más grande de 65 dólares más las tasas. Pues nosotros pedimos esa para los dos, 72 dólares tirados a la basura.





Te la preparaban en el momento y se quedó chiclosa... tuve que pedir que la partieran por la mitad, porque tampoco te dan herramientas para que te enfrentes al bicho. Y ya, para colmos, nos tocó una casi hueca por dentro. Creo que tuvimos mala suerte porque la gente disfrutaba comiéndola, se les veía. O a lo mejor es que no habían probado el marisco en su vida... ni idea. Para nosotros fue un timo y tuvimos que comprarnos luego algo para comer.



12. Asia dog
En Brooklyn Flea casi pierdo el sentido con los perritos calientes de Asia Dog. La salchicha no sería nada del otro mundo pero los condimentos eran otra historia... Junto a Shake Shack fueron los perritos que más me gustaron. Uno costaba 5 dólares y dos te los llevabas por 9 dólares. Merecían la pena y mucho.




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13. Cafe Au Lee
En Brooklyn, en el barrio judío, probamos la comida kosher que se caracteriza, entre otras cosas, porque no mezclan carne con leche. Probé la hamburguesa vegetal... ni idea de qué estaba hecha, pero me gustó mucho. Una bebida, la hamburguesa y las patatas pudieron ser 16 dólares.





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14. Checkers Drive in Restaurants
Este sitio es de comida rápida, tipo Mc Donalds o Burger King. Pues bien... lo que probamos estaba muy bueno, tienen una máquina de refrescos donde cada refresco lo tienen de varios sabores (coca cola zero, cola cola, sprite, fanta de naranja... cada uno de ellos de melocotón, de fresa, de cereza, de vainilla...) y se ve escrita en la publicidad las calorías de cada comida.

Un combo de una hamburguesa de pollo empanado, con patatas fritas y un refresco más dos bandejitas de patatas (una con palitos de queso fritos y con ajo espolvoreado y otra con queso cheddar y bacon) y un refresco fueron 18 dólares.

En cuanto a la comida, os advierto que los estómagos españoles no están tan preparados para tanta grasa. Le rogué al Señor Untado en Crema que no se comiera las patatas con cheddar y bacon... era una masa de grasa y estoy segura que eso le garantizó diez años de vida :-) Sin olvidar la digestión tan nefasta a la que se habría enfrentado.






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c) Cenar
Lo peor era cenar... Si querías hamburguesas, pizzas, perritos calientes o kebab, sin problemas. En cambio, si pretendías comer algo más sano y tomar una ensalada o algo de verdura, la única opción era acudir a Deli o Delmónico y a esas horas ya no tienen nada, tienen los mostradores vacíos y limpios o bien quedan restos fríos del mediodía. 


Espero que este post os sea de utilidad 
en algún momento si decidís viajar a Nueva York

jueves, 23 de octubre de 2014

Cartera de la revista Glamour de noviembre por dentro. ¿Merece la pena por 3´50 euros? ¿Realmente los colores son tan bonitos?

Lo dicho, eso es precisamente lo que me preguntaba mientras veía la publicidad: ¿cómo es por dentro la cartera de la revista Glamour? ¿los colores son tan bonitos en la realidad? ¿será cutre a más no poder? ¿hay sitio para monedas? ¿la cremallera durará dos telediarios?



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Así que el martes compré la revista Glamour de noviembre por la cartera que traía de regalo y os la quiero mostrar por si alguna anda indecisa a la hora de comprarla o no. Ahí van mis impresiones:


Colores:

- Nada más llegar al quiosco... ¡sorpresa! los colores no tenían nada que ver con los de la publicidad. 

- El modelo morado era muy triste, aunque bastante bonito.

- El rosa era pálido... nada que ver con la foto.

- El turquesa, que era el elegido y por el que iba, no era turquesa como tal sino que tiraba a verde. 

- El amarillo no tenía pega, más que no quería ese color.

Total, que me llevé la cartera roja. Tengo varios monederos en rojo... curioso. Pero era el más bonito, el más alegre y el que más podría encontrar en el interior de un bolso si no se me rompía a los dos días y lo llegaba a usar. 


Calidad:

Es un monedero de regalo con una revista... con lo cual no podemos pedir piel ni una calidad excelente. Menos aún un  acabado diez.



- Hilos y dobladillos: Ahí están... 






¿Se estropeará? No soy adivina pero teniéndola en la mano y preguntándole a la bola mágica, estoy segura de que tendrá su vida útil y a otra cosa mariposa. Lo que sí tiene pinta es de durar poco si vive siempre en un bolso rozándose con el móvil, las llaves... como muchos otros artículos de plástico e incluso piel.

Cremalleras: La externa se ve más robusta pero la interna (la de las monedas) tiene pinta de romperse dentro de poco. Espero que no ocurra pero es la misma cremallera de muchos neceseres y monederos de los que dan de regalo con las promociones y ese es siempre su final.


Olor:

No huele a nada como para tener que mencionarlo... bueno, quizás un poco a ¿tela? pero no a plástico chinorro.


Utilidad:

- Función ornamental: Me explico, por fuera parece hasta buena y se ve preciosa. Además, tiene su "asa" para llevarla como cartera de mano o bien si se usa como monedero tendremos la seguridad de que la encontraremos con facilidad entre tanto "tiesto" dentro del bolso.

- ¿Y por dentro? Por dentro pone GLAMOUR y los hilitos son lo más conflictivo pero se "pelean" entre sí en el interior y solo algunos, no todos. Aparte, los compartimentos sí se ven más "débiles".

- ¿Cabe todo? La veo bien para tarjetas y billetes pero si pretendemos romper la hucha o vivimos de calderilla, la vamos a tener que guardar en otra parte. La zona para las monedas no tiene anchura de ningún tipo, con lo que van a caber cuatro monedas de dos euros y parad de contar.





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Conclusión:
Siendo un regalo por comprar una revista, demasiado que es bonita por fuera. Por dentro tiene sus carencias pero hace el apaño. Si tenéis monedero no la necesitáis. Yo tengo pero lo quería porque era turquesa... y al ver que no era turquesa, me dejé llevar y me traje la roja, así que si volviera para atrás, no la hubiera comprado.

¿Qué os ha parecido? 
¿habéis comprado la revista? 
¿os ha gustado la cartera? ¿alguna observación?

¡Besos! ¡gracias por vuestros comentarios!

martes, 21 de octubre de 2014

Champús de Biokera: hidratante y aceite de argán ( y la delgada línea entre el olor a argán y a fatiga)

Hoy quiero hablaros de dos champús que he estado usando durante un tiempo. Se trata de:

1. Champú hidratante de Biokera
2. Champú con aceite de argán de Biokera



Ambos champús contienen ingredientes naturales y aceites esenciales y están libres de parabenos

1. Champú hidratante de Biokera

Opinión personal:
* Positivo:
- Eficacia: Este producto es algo contradictorio. Os explico: me gusta pero, en cierto modo, se me queda algo corto. Es cierto que hidrata pero necesita después la aplicación de una mascarilla sí o sí para que el peine (en el caso de mi pelo con moldeador) lo tenga más fácil. Por otra parte, hace espuma, se desliza a las mil maravillas por el cabello, se nota que lo limpia en profundidad pero... no noto brillo.

- Textura: Suave y líquida.

- Composición: Contiene germen de trigo y está libre de parabenos.



Negativo:
- ¿Cunde? No sé si deberá a mi cantidad de pelo pero es necesario usar bastante cantidad. Y el caso es que, de esta manera, el envase se termina demasiado pronto.

- Precio: El envase de 300 ml cuesta entre 9 y 12 euros (depende de donde se compre), mientras que  el de 1.000 ml, entre 25 y 30 euros, aproximadamente.

¿Repetiría? Si el envase de litro tuviera un precio reducido, sí que repetiría. Me parece un producto con una composición muy respetuosa y que limpia el cabello en profundidad, a la vez que hidrata el pelo.


2. Champú con aceite de argán de Biokera

Opinión personal:
* Positivo: 
Eficacia: Con este producto me ha pasado como con el anterior, pero con la diferencia de que incluso parece algo más hidratante y que se me gastaba antes... incluso me cuesta dar una opinión porque, debido a la gran cantidad que hay que usar, tampoco puedo decir gran cosa en cuanto a los resultados.

Textura: Suave y líquida.

Composición: Está libre de parabenos.


* Negativo:
- Olor: Existe una delgada línea entre el olor a argán y a fatiga... ya me entenderéis. Decir que tal producto lleva argán es un riesgo si no se huele antes, ya que el argán -independientemente de sus bondades- tiende a "mutar" y a estropear el olor de muchos productos. El hedor que desprende no es precisamente su fuerte. En este caso, el olor se tolera aunque no termina de ser todo lo agradable que debería. Es más, no he encontrado ningún producto con argán que huela muy bien, a no ser que esté combinado con flores como jazmín. 

¿Repetiría? No. 

¿Habéis probado alguno? 
¿qué os parecen?

¡Besos! ¡gracias por vuestros comentarios!
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