Mostrando entradas con la etiqueta Mi experiencia con. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Mi experiencia con. Mostrar todas las entradas

domingo, 18 de noviembre de 2018

Sexto aniversario del blog

Cumplir años es una suerte, todo hay que decirlo. Pero si encima lo hace tu hobby en momentos en los que los blogs están de capa caída y muchos están siendo abandonados porque ahora Youtube es lo que "dicen" que se lleva, creo es un milagro. Y si a eso le sumo el hecho de que tengo tan poco tiempo que ni entiendo cómo es posible que pueda asistir a las citas semanales en la blogosfera más los momentos que le dedico a Instagram, que es contenido aparte, solo me queda levantar las cejas y buscar a quién me alumbra.


Este año hubo algún parón. Tengo que reconocerlo pero la salud me la jugó y tuve que pasar unos meses que prefiero ni recordar. Durante ese tiempo, estuve por Instagram aunque con publicaciones muy limitadas. Esa red social es otra ventana que me ha mostrado un mundo de posibilidades, me ha permitido mantener conversaciones a tiempo real que empezaban con una crema y terminaban hablando de temas totalmente distintos y me ha acercado a personas maravillosas que incluso han llegado a formar parte de mi vida. En ese momento me di cuenta de que el blog me había dado mucho más de lo que podía imaginar. Pasaron los meses y volví y aquí sigo, para celebrar que el blog cumple hoy seis años. 

Cada uno celebra su cifra, sea mayor o menor. Es propia, y es lo que importa. Es lo que se ha alcanzado con un esfuerzo y dedicación. En mi caso son seis años y, además, este humilde espacio de belleza y maquillaje ha sobrepasado los tres millones de visitas. Insisto, cifra irrisoria para algunos y deseada para otros. De cualquier manera, eso lo que hace es que me de cuenta de que Envuelta en Crema como blog vive (y sobrevive) y sigue siendo un lugar de encuentro, sin necesidad de un canal de Youtube ni una infinidad de vídeos elaborados para Instagram que, siendo realista, admiro a quien lo hace pero yo no podría asumir. Agradezco cuando me han pedido que lo haga pero el tiempo se me escapa, ya no entre las manos, sino que miro el reloj y es de noche. Y entonces, Babycremosita me tira del pantalón del pijama. De cualquier manera, yo no soy consumidora extrema de vídeos porque no puedo visualizar cinco vídeos cuando busco una opinión pero sí puedo ojear rápido 20 reseñas de blogs. Y sé que hay muchos lectores que piensan como yo. Por eso sigo con mi dinámica, porque tiene que haber de todo, blogs para quienes prefieren leer y canales audiovisuales para quienes optan por el vídeo.

Verás que he hablado mucho de Instagram. Lo hago porque me hice el usuario en esa red social porque yo era la que faltaba allí. Estaban mis compañeras y también mis seguidores. Y claro, yo también soy seguidora, porque lo que no me hice más de rogar y descubrí que, independientemente de todo aquello que no me gusta (vidas imposibles, follow and unfollow, reseñas de productos a los pocos días de recibirlos, superficialidad, etc.), soy capaz de buscar en el pajar para encontrar ese alfiler en el pajar en el que confiar. 

Dicho todo esto, como cada año me gusta celebrar el cumpleaños del blog contigo que me lees siempre que puedes y hasta a veces te animas a comentar o a mandarme un mensaje privado, lo voy a hacer con a algunos sorteos que son posibles gracias al apoyo de marcas. Te sonarán porque que han tenido presencia en el blog y en mi cuenta de Instagram durante este tiempo y algunas repiten la celebración conmigo. Son marcas que valoran el esfuerzo, los años de dedicación y ponen en alto tu credibilidad. Por ello, mil gracias :-)

Instagram es rápido e inmediato. Y lo pone muy fácil a la hora de hacer los sorteos. Es más, en algunos de los últimos sorteos del blog siempre recibía la petición de hacerlos en Instagram porque era más sencillo acceder desde el móvil. Así que entre que es más rápido tanto para participar como para la resolución y para la visibilidad de las marcas, van a ser en esa red social que tanto gusta (sé que siempre queda alguna persona reacia pero, aparte, en estos momentos no tendría tiempo para más, así que a ellas les pido perdón).

Nada más. Gracias por tanto.

PRIMER SORTEO: Un lote de productos de Nat&Be

CUARTO SORTEO: Un lote de productos de Isadora (tres ganadores)
QUINTO SORTEO: Un pack capilar reparador de Toni & Guy

martes, 12 de diciembre de 2017

Sombras de ojos de Inglot, ¿se merecen la fama que tienen? ¿toda vendedora tiene educación?

Inglot siempre la vi como una marca bastante cara. Mientras que otras competidoras como NARS o MAC lo son también e incluso más, siempre parece que a las amantes de la belleza no les importa pagar su precio. Pero en el caso de Inglot, a pesar de no ser low cost precisamente, sí que importa. Eso sumado a que no es fácil de conseguir, puesto que no se comercializa en todas las perfumerías y no la tiene el Corte Inglés (por lo menos hasta lo que sé) hacía que siempre se quedara en la recámara de mis posibles deseos.

Su alto precio sumado a que había coincidido que una vendedora en Sevilla que no me había tratado bien -sin motivo real- ni había tenido un mínimo de cortesía, hicieron que las ganas de comprar se quedaron reducidas a nada. Así que lo dejé pasar y dio la casualidad de que viajé a Polonia y allí la marca es baratísima, por lo que no dudé en comprar algunos productos, entre los que incluí cinco sombras de ojos por las buenas críticas que leía de ellas. Puedes ver mis compras en el post Qué maquillaje y cosmética comprar en Polonia.
Sombras 395, 154, 402 , 344 y 357

Cantidad:
3,2 gramos

Precio:
Cada sombra suelta cuesta 7,95 euros, aunque a mí me costó 3,48 euros en Polonia. Sí, una diferencia abismal.

Opinión personal:

- Pigmentación: Bastante buena. 

- Textura: Tipo mantequilla. No son polvorientas.

- ¿Se difuminan bien? Sí.

- ¿Larga duración? Sí, incluso para un uso diario, aún teniendo el párpado graso, puedo prescindir de prebase. Al menos con los tonos que tengo. Los más oscuros, ya no sé.

- ¿Me gustan? Sí, mucho. Elegí tonos que sabía que utilizaría de manera asidua y así ha sido.

- Precio: Las sombras las compré al precio polaco y eran muy baratas. En España son tres euros más por cada una. Esa diferencia de precio molesta, es la realidad, pero también es verdad que son estupendas y 7,95 euros es menos que los 14 euros que cuesta cada sombra en Mac, por ejemplo.

La paleta vacía no llegó a dos euros en Polonia y aquí la misma cuesta 12 euros. Me gusta mucho el sistema de imán pero diez euros más me parece exagerado...

- ¿Qué me pasó con la vendedora? El stand está en la entrada de Primor. No tengo más remedio que pasar por delante para acceder a la tienda. Y la vendedora, más de una vez, me había asaltado (literalmente) para ofrecerse a probarme productos. Siempre había sido respetuosa y le había dicho que no, porque no me interesaba en ese momento la marca. Me limitaba a un "no, gracias", seguido de una sonrisa amable. Nada más. 

Alguna vez sí había echado un ojo y juraría que una vez me probó un colorete, y no recuerdo si otro producto más. No es una marca que frecuentara. 

Pues bien, el día del incidente sí quería probar productos para saber qué tal me iban. Su contestación fue, con aire chulesco, que me los probaba pero que los tenía que comprar de manera obligatoria. Hasta aquí ya no hay nada en su defensa porque trata con el público y ese público en ningún momento te ha ofendido. Y entonces, ¿por qué se ofrece tantas veces a probar productos?

Mi respuesta, perpleja, fue que no podía prometerle algo así hasta que supiera si me iban bien. Desconocía esa política impositora de ventas, la verdad. A día de hoy me pregunto cómo alguien puede atreverse a soltar esas frases. Y me dijo que ya me había maquillado muchas veces (algo totalmente fuera de lugar porque no es cierto).

No tuve más remedio que comentarle que era probable que me confundiera con alguna chica que se dedicara a que la maquillaran "gratis", como ella decía, que podía ser, pero que no era yo porque, para empezar, sabía maquillarme y mi contacto con la marca había sido extremadamente limitado. Y continuaron los comentarios de perdonavidas insistiendo en que era yo. Asombroso.

A partir de ahí vinieron contestaciones tras contestaciones. Y mis ojos se salían de las órbitas. Nunca había coincidido con una vendedora tan insolente.

Mi reflexión es que hay una cantidad de gente que hay en paro, formada, agradable, con buen trato al público y con educación... Y va y me atiende alguien "con mucha suerte a nivel laboral". Ahí lo dejo.

- ¿Repetiría? Las sombras son el único producto de los que he probado, a día de hoy, con el que repetiría de Inglot a precio español si necesitara sombras y no encontrara lo que busco en otras marcas. Tienen buena fama pero es que dan la talla y son económicas. 

El problema es que para mí el trato es básico y fundamental, por aquello de que todos somos humanos y merecemos un respeto mínimo, y tras el incidente -que en ningún momento provoqué- a pesar de haberlo notificado no recibí ni una explicación o disculpa (gran decepción)

He esperado un tiempo más que prudente y ni una señal de vida... De manera que ahora mismo comprar Inglot... no. Prefiero incluso pagar más a otras marcas pero que me traten de manera correcta y no se encaren conmigo confundiéndome con otra persona. Porque, aunque hubiera tenido razón -no es el caso- al cliente se le trata bien y más si te habla con educación. Algo de lo que la vendedora carecía.


¿Has probado Inglot?
¿Algún producto que te encante 
o que no te vaya bien?
¿Has tenido alguna experiencia 
desastrosa con alguna vendedora?


¡Besos! ¡gracias por tu comentario!

domingo, 12 de noviembre de 2017

Mi blog cumple 5 años. ¿Lo celebramos juntos?

En noviembre de 2012 nació este pequeño espacio de evasión y cinco años después aún no puedo creerme que esté de nuevo soplando las velas. Sí, las velas de este blog porque cumple un año más rodeado de cremas, maquillaje, muchas opiniones y, ante todo, tú. Sin cada una de las personas que me leen desde cualquier parte del mundo toda esta aventura no tendría sentido.


Desde que el blog empezó a formar parte de mi vida he intentado dedicarle tiempo y, de hecho, he conseguido tener publicaciones fijas para no faltar a mis dos (y a veces tres) citas de cada semana. 

NUEVA ETAPA
Siempre que leo a otras compañeras, todas hablan de falta de tiempo. Y no puedo estar más de acuerdo y me subo al carro de las que piensan que el blog es un sacrificio y requiere dedicación. Es cierto que antes el tiempo no es que me sobrara, pero lo tenía más organizado. Sin embargo, la vida está formada por etapas y cada una ellas significa un cambio. 

Mi último año ha sido complicado pero, afortunadamente, todo va pasando y puedo cantar victoria de esa etapa pasada. Si me lees normalmente sabrás a lo que me refiero, y si no te remito al post donde lo conté: Lo que el embarazo esconde: mi experiencia personal. Me quedan más fases y secuelas, claro que sí, como a todo el mundo.

Desde hace seis meses la dueña de mis ojos y cada uno de mis segundos es Baby Cremosita, pero ello no quita que cuando tengo un hueco vuelva a este lugar que me acogió y en el que me siento tan a gusto. Por lo que la actividad en el blog continúa.

MIS SEGUIDORAS
El blog me ha dado muchas cosas. No solo he descubierto productos, algo importante para toda friki de la belleza, sino que me ha acercado a personas maravillosas que a día de hoy son importantes en mi vida. De las (digo "las" porque siempre me escriben chicas) que conozco claro que puedo hablar, porque han sido todo un descubrimiento. Aunque muchas veces me pregunto quiénes serán aquellas personas anónimas que no veo pero que sé que están ahí porque su visita se contabiliza. Y me llena de alegría cuando algunas se han animado a escribirme, ya sea un comentario o un email. Sí, gracias por esos mensajes, ya sean para decir que me lees, para preguntar algo, para hacer un determinado comentario... para mí es muy importante.

Por ello, al ver que todas (o casi) estábais en Instagram, me fui para allá, para estar más cerca y compartir a tiempo real... y me encanta, porque aparte de los comentarios, también  está el chat directo y puedo seguir a mis seguidoras, saber quiénes son (quienes quieren)... Sí, no tengo problema en seguir a mis seguidoras y toda cuenta que me atrapa o me gusta quién está detrás y tener interacción. Soy así. Es una forma de ser que veo que no comparte todo el mundo pero a mí me aporta mucho porque mi opinión no es la única que cuenta. Todas contamos.

PRÓXIMOS SORTEOS
Sería maravilloso poner cara a todas y compartir una tarde de café, pero como es algo imposible al menos quiero que soples las velas conmigo y celebrar los cinco años del blog con algunos sorteos, gracias al apoyo de varias marcas que no han dudado a la hora de sumarse, que estoy segura que van a gustar y mucho. 

Algunos de estos sorteos van a ser exclusivos del blog porque sé que hay quienes no se llevan bien con las redes sociales. Y otros van a estar en Instagram por facilitar también las cosas a quienes instagramean ;-) 

SORTEO DEBORAH MILANO
SORTEO TONY&GUY
SORTEO BIELLA CARELL
SORTEO BELLA AURORA
SORTEO MAVALA
SORTEO JOHN FRIEDA

TAMBIÉN NOS VEMOS EN INSTAGRAM
Ya sabes que me puedes encontrar en Instagram como @envueltaencrema y que incluso Mamá Envuelta en Crema ya tiene su propia cuenta, @mamaenvueltaencrema. Cuando me dice que tiene su público y sus propias amigas no puedo parar de reírme... ella creó a servidora, un monstruo de las cremas y el maquillaje, pero yo le he descubierto a la reina de las redes sociales y así he creado un monstruo instragramero que es más adorable que todas las cosas.

Hace poco me vino el viento del sureste (lo que viene a ser un siroco) y también inauguré en Instagram el perfil @babycremosita para no saturar mi cuenta con el mundo bebé,  porque sé que no es un tema que agrade a todo el mundo. Aunque mi sorpresa es que cada vez que subo una foto de ella en @envueltaencrema los comentarios nunca faltan y no pueden ser más bonitos, y como ahora sé lo que es ser mamá, como creadora de esa persona tan pequeñita y que tanto me llena de orgullo, solo puedo darte las gracias. 

GRACIAS POR ACOMPAÑARME
GRACIAS POR ESTAR AHÍ
GRACIAS POR LEERME
GRACIAS POR TUS COMENTARIOS
GRACIAS POR TUS MENSAJES
GRACIAS POR TU CONFIANZA

¿Celebramos juntas este aniversario?

¡Las cremosas te mandamos besos


martes, 22 de agosto de 2017

Lo que el embarazo esconde. Mi experiencia personal.

Esta entrada la escribí estando embarazada. Mi bebé está en el mundo desde hace casi cuatro meses y ahora comprendo muchas cosas... otras no.

Cada embarazo es diferente y esta es mi experiencia personal. La mía y solo mía. Y no tiene que coincidir con ninguna otra. 

Nunca fui una persona a la que le atrajeran los niños, para qué negarlo. Mi falta de interés durante toda mi vida era tal que cuando le dije a Mamá Envuelta en Crema que ella iba a ser abuela no salía de su asombro: "¿Tú?". Me conocía de sobra y sabía que el trato con los niños no era lo mío. ¿El motivo? Lo desconozco, pero era la realidad y el mundo en general preguntaba que cuándo el Señor Untado en Crema y yo íbamos a tener hijos. Dándolo por hecho, preguntando sin tapujos y sin comprender cómo era posible que no estuviéramos empujando un carro al son de un sonajero(Ahora que mi bebé está en el mundo resulta que el sonajero es lo que a día de hoy menos uso). Eso sí, una vez que el bebé ya estaba en camino el mundo preguntaba si era deseado o un error... Para nada me sentó mal, puesto que había renegado de la maternidad desde que aprendí a hablar. (Ahora el mundo entero me pregunta cuándo le vamos a dar un hermanito).

1) SENTIMIENTO MATERNAL, ¿ESO QUÉ ES?
2) LA GRAN DECISIÓN 
3) ASÍ SUPE QUE ESTABA EMBARAZADA
4) UNA ALUBIA CON LATIDO
5) SÍNTOMAS QUE TE DEJAN KO 
6) RENUNCIO A...
7) TRANSFÓRMATE EN NIÑA
8) MOMENTO BONITO, ¡TE ENCONTRÉ!
9) ¿DEPRESIÓN? ¿ANTOJOS? ¿Y MORFEO?
10) 37 SEMANAS Y MEDIA... NO TE CONFÍES (preeclampsia)
11) ¿EL EMBARAZO SE OLVIDA?
12) ¿QUÉ NO OLVIDO?


1) SENTIMIENTO MATERNAL, ¿ESO QUÉ ES?
El caso es que lo veía como algo lejano o como algo que tampoco tenía que pasarme a mí, porque era una opción. Si llegaba el momento, quizás sí me hubiera tirado a la piscina pero ese momento jamás llegaba. Es entonces aprendes que el momento no llega, sino que se crea y para ello tienes que poner de tu parte. (Ahora que mi bebé está en el mundo me uno a todas aquellas parejas que aseguran que deberían haberlo hecho antes). Y quizás el paso del tiempo tenga mucho que ver en esto o bien el responsable sea el sentimiento maternal.

Sentimiento maternal... mis amigas me contaban lo que era y lo buscaba en mí, pero yo no lo encontraba. Me preguntaba: ¿eso cuándo llega? ¿se compra? ¿o viene de regalo en las canastillas de bebés? Si tenía que esperar a tener sentimiento maternal, íbamos a seguir los dos solos. (Ahora que mi bebé está en el mundo te puedo decir que a mí me vino en el cuarto mes de embarazo de manera "ficticia" y totalmente real en el mismo momento en que me pusieron al bebé encima... era de color morado y estaba hinchada la pobrecita mía, pero le dije que la iba a querer toda la vida).

Y si me ponía a pensarlo, nunca iba a ser buen momento para dejar de pensar en mí misma porque nunca sabes el tipo de embarazo que te va a tocar tener hasta que estás metida de lleno. Puede sonar egoísta pero toda persona sin hijos vive para su body (ahora que mi bebé está en el mundo he aprendido que el "body" es ropa y que es tremendamente útil). Sí, también para la pareja, para la familia y los amigos, pero en resumen, para tu propio cuerpo, sin tener que dormir con un ojo abierto y sin vivir eternamente preocupada. En concreto, es ese cuerpo que intentas mantener esbelto y que de repente ves cómo muta. ¿Suena superficial? Puede, pero es la realidad que se vive mientras no se tiene hijos y hay que estar preparada para lo que se avecina. (Mi bebé no es un problema, pero mi cuerpo no es el de antes... eso sí te lo digo. Y me miro la barriga preguntándome si no habrá alguien más ahí dentro porque tanto no como).

Más allá del cuerpo, sabía de sobra que un bebé cambiaba la vida y esa nueva vida que llevaban mis amigas y conocidas no es que me encantara. (Ahora que mi bebé está en el mundo te aseguro que sí me gusta... No concibo la vida sin ella y no comprendo cómo era de esa manera... eso sí, entiendo a la perfección a aquellas personas que no soportan a los niños y no les exijo que tengan que ver a Baby cremosita... aunque es un bebé muy cuqui ;-) ). 

Siempre recuerdo las caras de las parejas por la calle con el carro y su hijo... rara vez iban felices, al menos en apariencia. Detrás de esos rostros seguro que había mucho más que lo visible e imposible de exteriorizar, y al final lo que se les notaría era la falta de sueño. No se les puede prejuzgar, pero era lo que veía y menos me atraía la idea. (Mi bebé ya está en el mundo y ahora los entiendo... puede haber cansancio, opiniones gratuitas y comentarios que te persiguen y que ya ni sabes cómo contrarrestar, gestos que no acaban de agradarte...).

De cualquier manera, aquello de la maternidad no me parecía atractivo, nunca fui de cuidar de muñecos al estilo mami (sentí siempre auténtico rechazo por el famoso Baby feber y su cambiador de pañales porque yo con cinco años no me veía esclava de un trozo de plástico con necesidades) y el olor a Nenuco, menos todavía (nunca lo he soportado, aunque tiene muchos adeptos), por lo que quizás aquello de la maternidad no era para mí. (Ahora que mi bebé está en el mundo te digo que cambiar un pañal no es para tanto, aunque sigo sin soportar el olor a Nenuco).
En este viaje a Polonia Baby Cremosita ya crecía en mi interior

2) LA GRAN DECISIÓN 
El caso es que el Señor Untado en Crema, a pesar de todo, después de tanto tiempo juntos habíamos hablado en más de una ocasión sobre el tema y los dos sudábamos. Tampoco es que los niños, que no tienen culpa de nada, le gustaran... Así que era un empate. Lo que sí teníamos claro es que queríamos tener familia por lo que en algún momento nos teníamos que decidir. Mientras, lo alargábamos en el tiempo todo lo posible, aunque algo nos decía que si no lo hacíamos, con 50 años nos arrepentiríamos de ello. Y ya no habría vuelta atrás. (Ahora que mi bebé está en el mundo te aseguro que es la mejor decisión que hemos tomado).

Sé que hay mucha gente que piensa como yo pero es políticamente incorrecto decirlo porque como somos mujeres debemos estar programadas para parir  (ahora que mi bebé está en el mundo tengo fundamento para decir que ojalá yo hubiera sido el hombre) y también está feo pensar en una misma, quejarse (si te preguntan cómo estás tampoco puedes decir que mal o regular porque eres una "quejica" que no aguanta nada) u opinar (claro, para qué vas a opinar si el mundo ya se encarga de ello... pues yo opino porque sí, porque el dolor duele y no por tener que soportarlo soy más fuerte ni mejor que los demás). Queda mejor decir qué bien que estoy embarazada y aguantar el tirón, porque el embarazo, aunque se lleve mal, es precioso y, además, ¡qué pensarán los demás! Diferente es lo que se pueda sentir cuando ya tienes al bebé entre los brazos y le miras la cara, pero el embarazo es antes del nacimiento. Y se confunden ambos términos. Yo hablo de mi embarazo sin culpar de nada al bebé.

3) ASÍ SUPE QUE ESTABA EMBARAZADA
Y después de todas esas dudas y de todos los inconvenientes que pensábamos que tenía el ser padres, decidimos dejarlos de lado y ese momento llegó. El pasado agosto de 2016 me quedaba menos de un mes para cumplir los 35 y, sinceramente, pensábamos que era pronto pero era ahora o nunca, porque mientras aquello "cuajaba" podían pasar años y estaría más cerca de los 40. ¿Y si alguno era estéril? ¿y si éramos incompatibles?

Pues bien, al par de semanas ambos nos fuimos de vacaciones e hicimos una ruta maravillosa por Polonia, República Checa y Alemania. No sé ni cuántos kilómetros hicimos en coche ni sabíamos que ya nos íbamos a despedir de nuestros viajes... Aunque me sentía bien, lo cierto es que mi piel mixta se transformó en grasa, el pecho creció más de la cuenta y la regla no llegaba, pero los dolores menstruales no me abandonaban. A esto había que sumarle que toda la comida me sentaba muy bien, cuando yo tengo serios problemas de estómago porque soy intolerante a la lactosa (y prácticamente todo tiene trazas). Y el remate: no podía ni andar del cansancio aunque hubiera dormido mucho y estuviera recién levantada por la mañana. 

Como es lógico nos pasamos el viaje pensando en que íbamos a ser tres. No sabíamos qué cara poner porque era muy nuevo para nosotros y,aunque no estaba confirmado, notaba que algo pasaba.

4) UNA ALUBIA CON LATIDO
A las dos semanas volvimos a Sevilla y nos fuimos unos días a la playa antes de reincorporarnos al trabajo. Y ahí empezó mi gran pesadilla... empecé a tener tantos mareos (hasta sentada y acostada, e incluso con los ojos cerrados) y a vomitar como si no hubiera mañana. Esos síntomas eran tan persistentes que no los podía soportar. (Ahora lo pienso y quiero llorar... pero miro a Baby cremosita y se me pone cara de tonta). La parte buena era que la piel la tenía preciosa y el pelo suelto y sedoso.

Cuando fui al médico no hubo duda: embarazo positivo. Y ya había un saquito de un mes con forma de alubia y con latido. Shock. Así de claro. Buscado y deseado pero, la gracia es que me tocaba parir, algo que al pensarlo me aterraba porque no me veía siendo capaz de sobrevivir.

¿Tan fácil? ¿tan pronto? ¿no se tardaba más tiempo? (ahora que mi bebé está en el mundo y he conocido a parejas deseando ser padres y no pueden cumplir su sueño, me doy cuenta de que la vida es muy injusta en muchos sentidos) ¿y si la leyenda contaba que el embarazo era tan bonito y en realidad es un estado fisiológico, y no una enfermedad, por qué motivo me sentía tan enferma? ¿por qué no me sentía como las fotos de las embarazadas a las que se les veía tan felices pintando las paredes del cuarto del bebé en rosa o azul? ¿por qué me parecía todo tan nuevo? (ahora que mi bebé está en el mundo todo me parece muy normal y me refiero a ello en pasado, como si hubieran pasado años y fue hace cuatro meses). Hablo de mí, pero la cara del Señor Untado en Crema era para verla. ¿Ilusionado? Sí, pero con la misma incertidumbre que yo y sin saber qué hacer al verme tan mal. 
Baby Cremosita es la manchita negra del centro :-) Su primera ecografía



5) SÍNTOMAS QUE TE DEJAN KO 

A partir de ese segundo mes mi vida fue una auténtica pesadilla. Siempre se habla de los síntomas "normales" del embarazo pero los míos iban más allá. ¿Era porque yo pensaba que estaba peor que el resto de las embarazadas del mundo? Según el médico, no.

Normalmente se tienen algunos síntomas durante los tres primeros meses pero, en mi caso, se prolongaron durante todo el embarazo. Era imposible estar contenta teniendo que ir cada vez por tres en urgencias, viviendo pegada a las famosas pastillas Cariban para cortar el vómito (aunque realmente son para el insomnio por lo que estaba adormilada durante todo el día) y con mareos de los de verdad (hasta entonces no conocí el verdadero significado de la palabra "mareo"). Me llegaron a inyectar un fármaco que le ponen a los enfermos oncológicos después de la quimioterapia para mitigar las náuseas... eso sí me hacía más efecto, pero no estaba permitido para llevar a casa.

Solo hay que imaginarse con fatiga durante las 24 horas (más soportables por las mañanas), náuseas (al enjuagarte la boca, al oler cualquier cosa que hasta la fecha te agradaba), acidez, reflujo, vómitos continuos (y no por evacuar te quedas bien, sino que sientes que mueres y vuelves a vomitar)... así durante ocho meses (digo 8 meses y no 9, porque el primer mes no estuve así).

Los olores me perseguían (porque estando embarazada se intensifican más llegando a ser sofocantes) y, para colmos, me hacían vomitar más. No soportaba los típicos olores fétidos, pero tampoco los de la comida; le cogí asco al pescado hasta tal punto de que me enfermara que alguien se comiera una gamba a mi lado (ahora que mi bebé está en el mundo vuelvo a comer gambas con la misma rapidez que las pipas) y hasta me molestaban los aromas de cosméticos y perfumes que usaba siempre. 

Me miraba al espejo y me decía: "¿desde cuándo eres tan delicadita?". No es que lo fuera, es que el embarazo es así. Quería luchar contra mi nueva situación pero era imposible. 
La historia de este patito te la conté en mi cuenta de Instagram





6) RENUNCIO A...
A partir ese segundo mes del que hablaba ya renuncié a mi vida normal. Las fuerzas eran para trabajar y cuando acababa, no podía permitirme el lujo de salir (las cenas navideñas también se vieron afectadas), acudir a clases de lo que me gustara, hacer deporte... nada de nada. Ni responder a una llamada telefónica o contestar por Whatsapp. Era como una planta mustia y con los ojos cerrados que se encerraba en el baño por pura obligación (y del baño al sofá o la cama). 

¿Por qué? Vomitaba sin parar, me sentía enferma y para una persona activa y acostumbrada a hacer muchas cosas durante el día era como cortarle las alas y dejarla agonizando en una jaula. Pasaban los días y nada cambiaba... y desde octubre hasta el final, igual. Pisaba muy poco la calle y siendo muy prudente.

Y el gran problema era tener que vivir en un mundo donde no existe ni la empatía necesaria ni el sentido común para imaginar cómo se encuentra una embarazada... 

Después, me pasé los meses huyendo literalmente de las personas resfriadas porque resfriado que pillaba, resfriado que me duraba tres semanas. Y eran tres semanas con la nariz entaponada y ahogada en mocos, pasando las noches en vela y sintiéndome aún peor. Así de claro. El agua de mar para las fosas nasales no hace nada y el paracetamol menos si se compara con el prohibido ibuprofeno. (Ahora que mi bebé está en el mundo me tomo un ibuprofeno cuando quiero, porque ya sufrí bastante).

Dolor que tuviera, dolor que añadía a mi mochila. Porque claro, creo que durante el embarazo te permiten, como mucho, respirar. Pero hay mil componentes que pueden atravesar la placenta.

Sentía envidia por aquellos testimonios de quienes me habían asegurado que habían tenido un embarazo maravilloso donde solo sentían amor y ningún dolor ni malestar. A mí no me faltaba actitud desde luego, pero sí salud (por llamarlo de alguna manera porque no tenía enfermedad adicional). Aunque, después de todo, las cosas iban bien dentro de mi vientre y mi tormento no era una enfermedad mortal ni tenía que pasarme meses ingresada y postrada en una cama (porque eso también te puede pasar). Tenía que estar hasta agradecida porque el bebé seguía adelante. (Muchos otros bebés se quedan en el camino y es muy injusto).

7) TRANSFÓRMATE EN NIÑA
Entre tanta pena, mi gran ilusión -independientemente de que el bebé naciera sano- era que fuera niña. Sí, da igual el sexo pero era mi deseo porque me encanta la relación que tengo con Mamá Envuelta en Crema. Así que cuando conseguía abrir un ojo me miraba la barriga y le decía: "transfórmate en niña".

Primero me dijeron que tenía pinta de niño, luego que por la forma podía ser niña y después... Cuando ya me iban a decir el sexo definitivo del bebé, en la pantalla del ecógrafo nada más que veía prolongaciones. En cuestión de segundos acepté que era un niño y no pasaba nada, sería igualmente feliz. Había aceptado la "derrota" (por llamarlo de alguna manera) y ya está, con alegría porque, tal y como decía Mamá Envuelta en Crema, "a su casa venía". Pero entonces el ginecólogo, finalmente, dijo que era niña. Y yo no podía estar más contenta, ¡Baby Cremosita estaba en camino!

A partir de ese momento, cuando ya podía pensar en un nombre y todo estaba más claro, aunque seguía "enferma" mi relación con la barriga se volvió mucho más estrecha. Y no digo que fuera sentimiento maternal (¿o sí? ni idea) pero los pocos gramos que pesaba la niña ya me absorbieron el cerebro. También tengo que señalar el baile hormonal que recorría mi cuerpo... pero ya era otra historia.


8) MOMENTO BONITO, ¡TE ENCONTRÉ!
Entre tanto, me parecía mentira encontrar ese momento bonito con la barriga porque después de pasarme las horas en el cuarto de baño la verdad es que me quedaban ganas de muy poco. Y acostarme... un suplicio. Por no hablar de las visitas al ginecólogo y de la cantidad de pruebas y análisis por las que hay que pasar (nunca había ido tantas veces al médico en mi vida, y te aseguro que es duro terminar las curvas de la glucosa si se vomita a la vez). 

Cuando empezó a moverse me chocaba porque... ¿algo moviéndose dentro de mí? (como si te tragas una rana). Pero se le coge cariño (menos mal, estarás pensando).

A los cuatro meses se notaban pequeños golpes. Pobrecita, qué poquita fuerza tenía. Y a partir del sexto mes ya me hacía daño... y en las últimas semanas los golpes me dejaban sin respiración. Como si me despegara la carne de las costillas (no es que sea bruta o exagerada, sino que era lo que sentía)

Entonces miraba atrás en el tiempo y echaba un ojo a esa primera ecografía donde, por ver algo, veía una alubia y esa alubia ya me generaba sentimientos

Aparte, cuando tenía unas horas en las que me encontraba medio bien hacía compras para el bebé. Y otras veces aprovechaba cuando salía de trabajar y pasaba de vuelta a casa por delante de alguna tienda. Entraba veinte minutos y a casa a seguir "enferma" pero con optimismo, porque era la única manera de que Baby cremosita tuviera todo lo necesario cuando llegara a casa.

9) ¿DEPRESIÓN? ¿ANTOJOS? ¿Y MORFEO?
Llegué al tercer trimestre y me preguntaba: ¿el llanto diario del que hablan las embarazadas dónde está? ¿Y los antojos? Me podían apetecer cosas, pero el Señor Untado en Crema nunca salió a las dos de la mañana a comprarme un helado. ¿Y eso del sueño plácido? Salvo dos semanas en el tercer trimestre que me moría por dormir una siesta y el tiempo que me costó acostumbrarme al Cariban (al principio), lo de dormir a pierna suelta no supe lo que era.

En el tercer trimestre los dolores de espalda de verdad, que llegaban hasta la pierna, ya hacían acto de presencia ("mira esa coja", pensarían por la calle), las noches en vela, seguían algunos mareos, tenía acidez, pesaba más, me sentía torpe en cuanto al movimiento... No es que hubiera llegado el camino de rosas pero, sinceramente, lo firmaba porque seguía vomitando a diario pero en momentos puntuales me sentía mejor. Aquello era suficiente para mí después de los meses que había pasado. Sin embargo, mi mayor deseo era que la niña naciera bien y por fin dejar de estar embarazada. (Ahora que mi bebé está en el mundo te aseguro que ni me ha gustado estar embarazada, ni lo echo de menos y que es la etapa más... ni sabría calificarla, por la que he pasado. ¿Triste decir esto? Puede, pero es la realidad. Sí tengo que decir que mi bebé me encanta, es el amor de mi vida y me hace feliz pero el trámite no me agrada).

10) 37 SEMANAS Y MEDIA... NO TE CONFÍES
En la semana 35 me hicieron los últimos análisis y todo evolucionaba favorablemente. Ya solo quedaba esperar y estaba en la recta final. Cada vez quedaba menos... (aunque a mí me seguía pareciendo una eternidad).

El caso fue que se demostró que Baby cremosita y yo tenemos un ángel de la guarda que nos vigila de cerca porque hubo una médico de familia que, cuando ya no tocaban más análisis de ningún tipo por protocolo, se dio cuenta de que algo no marchaba bien con tan solo mirarme. Sí, se percató cuando el ginecólogo que llevaba mi embarazo me decía que todas las parturientas se hinchaban y que no me preocupara (estaba hinchada, sí, pero no era brutal). De repente, resultaba que, tras hacerme unos análisis de urgencias, tenía preeclampsia y si no quería terminar en eclampsia (algo que aparece en todas las lecturas durante el embarazo y que deseas que no te pase porque puedes terminar borrada del mapa), la niña tenía que nacer antes de tiempo.

En la exploración ginecológica me iniciaron el parto (separación de membranas) y me dieron cita para inducirme el parto para cinco días después. Durante ese tiempo tenía que tener cuidado, porque la bolsa podía romperse y ponerme de parto, por lo que tenía prohibido estar muy lejos de casa (era una especie de arresto domiciliario pero pudiendo salir por los alrededores). 

Después de todo esto, como para pronunciar la frase de algunas amigas que me dicen que les encantaría vivir embarazadas, cuando mi frase era: "y ahora cómo salgo de esta".

Esos días fueron difíciles, dormía menos aún e hicieron que me planteara muchas cosas. Tenía que mantener la calma porque es lo que recomiendan en este tipo de complicaciones, así que decidí no hablar del tema. Tenía que estar tranquila en casa, acompañada de mi colección de síntomas, de la incertidumbre y de un tensiómetro. Esa fue la tarea principal que me mandaron, que me controlara la tensión. Solo me quedaba no darle importancia al diagnóstico, pasar de la proteinuria (total, es algo que no se veía) y confiar en que todo saldría bien. 

Lo que viene después es:

- un parto programado a las 38 semanas y media muy inhumano y nada respetado, y no es que yo quisiera parir en un charco en medio de un bosque, pero hay cosas que no se pueden consentir 

un postparto doloroso e incómodo (en muchos sentidos) que no le deseo ni a mi peor enemigo 

- una lista interminable de opinólogos y de frases "perla" (ahora comprendo todo lo que me han contado durante años mis amigas que son mamás y se quedan cortas...)

- un cambio de 180 grados en mi manera de pensar... mi prioridad es ahora Baby cremosita 

- un agradecimiento eterno porque hoy Baby cremosita y yo estamos bien. Eso es lo que importa. Lo sé. Y es con lo que me quedo, pero si me baso en eso no te cuento mi experiencia y no habría post ;-)

De todo esto podría decir mucho más, pero no entran en el embarazo y darían para otro (u otros) post. Y tampoco sé si te interesaría.




11) ¿EL EMBARAZO SE OLVIDA?
Dicen que la mujer es capaz de olvidar todo lo pasado durante el embarazo. A mí, de momento, no se me olvida y me aterra verme de nuevo en esa piel.

¿Ha merecido la pena? Te digo un sí rotundo

¿Podría haber sido peor? Claro que sí. Siempre hay algo mejor y algo peor.

¿Volvería a pasar por lo mismo? Sí, porque mi bebé es mi mayor tesoro. Y también porque cuando ya se ha pasado por ahí, lo puedes sobrellevar de otra manera (ya sabes a ciencia cierta cuál es la recompensa) y sabes que son 40 semanas y que, aunque parecen no tener fin, desde luego que termina.

También le das valor a esa frase que te decía la gente: "ya mismo tienes a tu bebé en tus brazos y te mirará". Ahora sé qué significa eso. Antes no sabía qué era querer como lo hago ahora y no valoraba a un ser humano en miniatura mirándote con los ojos como platos al mismo tiempo que hace pompitas con la boca. Y ahora sé cuánto me quiere Mamá Envuelta en Crema (bueno, me quería porque ahora que ha nacido mi bebé, Mamá Envuelta en Crema dice que es su bebé y cuando la veo entrar por la puerta a veces se le olvida saludarme porque se va directamente a comérsela a besos:-) )

Antes el parto me daba pánico y la intención era salir viva de él. Ahora lo concebiría de otra forma, como esa cita a ciegas de la que tantas madres hablan. Lo viviría como un: "te estaba esperando y por fin estás aquí".

12) ¿QUÉ NO OLVIDO?
- La soledad e incomprensión. Sí, claro que me llegué a sentir así. 

- El cariño de la matrona. La llevo en el corazón porque supo ponerse en mi piel... su consulta era de los pocos sitios donde encontraba comprensión y no es que yo fuera llorando por las esquinas. Lo llevaba por dentro, pero cuando ella me hablaba encontraba algo que necesitaba.

- Las embarazadas y mamás que conocía en pasillos y ascensores, y ya no volvía a ver más. La barriga de embarazada es un reclamo para iniciar conversaciones y coincidí con todas las que odiaban estar o haber estado embarazadas. Eran momentos en los que me sentía arropada porque mi entorno había tenido embarazos idílicos.

- La mutación corporal (impacta) y el dolor de ombligo cuando se estiró (pensaba que se iba a romper, aunque por fortuna nunca se salió).

- A todas aquellas personas desconocidas que te prestaban su ayuda cuando ibas por la calle con tamaño de una mesa camilla y tambaleándote más que un paso de semana santa.

- A la médico de familia que nos salvó. Si no llega a darse cuenta de la preeclampsia no quiero saber qué podría haber pasado.


- A los sanitarios que me asistieron en el parto... me pregunto  dónde dejaron el juramento hipocrático. 

- La primera vez que vi a Baby cremosita y me puso un pie delante de la cara... sin palabras. Le toco los pies a diario porque me encantan :-)

- Cómo se ha portado Mamá Envuelta en Crema conmigo durante el embarazo, tras el parto y ahora. Inimitable. Ojalá Baby cremosita pueda decir esto de mí algún día.

- Cómo el Señor Untado en Crema cuidó de Baby Cremosita al nacer, cuando yo no podía levantarme sin ayuda de una grúa y mientras me retorcía de dolor. Y el padre en el que se ha convertido.

- A quienes consideran que Baby Cremosita forma parte de sus vidas. Me encanta que la quieran. 

- A quienes puedo llamar AMIGA y con mayúsculas. 

- A las amigas que han estado embarazadas al mismo tiempo que yo. La unión hace la fuerza, y sus bebés son tan especiales para mí como Baby cremosita lo es para ellas.

- A mis amigas mamás... fueron una grandísima ayuda (y lo siguen siendo).

- La sonrisa de una farmacéutica adorable que estaba embarazada al mismo tiempo que yo y con la que coincidía a veces. Estábamos casi del mismo tiempo y un día me quedé perpleja porque ya no tenía barriga... y estábamos a mitad de camino. Nunca le pregunté. Era evidente (y me lo confirmaron). Siempre me saluda, me habla con alegría y mira a Baby cremosita para ver cómo va creciendo. Estoy deseando volver a verla embarazada de nuevo... ya te decía que la vida es injusta.
Los pies más bonitos que he visto nunca :-)


----
Nunca llueve a gusto de todos pero quería dejar mi experiencia personal, puesto que siempre se piensa en el embarazo como en una etapa maravillosa en la que se come y se duerme, cuando cada mujer lo vive de forma diferente. Nadie cuenta la parte negativa, aunque la hayan vivido... y está ahí. Claro que está ahí (y mucho más que no recojo en este post), y hay que conocerla para entender muchas cosas y no hablar de manera gratuita sobre las embarazadas. 

A Baby Cremosita no la cambio por nada del mundo, me ha merecido mucho la pena y volvería a pasar por lo mismo con tal de tenerla conmigo, porque es mi vida y hasta me ha hecho mejor de lo que era. Vivo enamorada de ella. Pero no, no y no me ha gustado estar embazada. 

Embarazo y maternidad deben diferenciarse y nunca confundirse. Embarazo y maternidad son tan diferentes... 


 ¿Cómo viviste tu embarazo?
¿Tuviste suerte?

¡Besos!

Otras entradas sobre embarazo:
* Qué cosmética usar durante el embarazo

martes, 4 de julio de 2017

Qué cosmética usar durante el embarazo: cremas, aceites, esmaltes de uñas y champús

Un embarazo cambia la vida en todos los aspectos y la piel no iba a ser menos. De repente, empiezas a leer que te vayas olvidando de las cremas despigmentantes, de los ácidos (¿el glicólico tampoco? que va, tampoco), del retinol (¿en serio? pues sí), de los esmaltes de uñas por su toxicidad (casi me caigo de la silla cuando me enteré) y un largo etc. que hace que no sepas qué hacer. ¿El motivo? Todo repercute de manera negativa y acaba atravesando la placenta, así me lo explicaban.

Después de haber pasado por el embarazo, he querido recopilar los productos que he ido usando y que me recomendaron. 

He de decir que hay muchas marcas y cada una de ellas tiene sus propios productos, pero como es evidente no las he probado todas, sino que me baso en mi experiencia. 

También que hay opiniones de todo tipo sobre un mismo producto y mientras en una farmacia te recomiendan uno, en otra te dicen el contrario. E igual en tiendas de cosmética natural o si se habla con alguien que haya pasado por este proceso. De manera que solo queda elegir por una misma lo que crea que es mejor.

Y que ni decir tiene que cada una es libre de seguir usando sus productos de toda la vida, anular los que considere oportunos y sustituirlos por otros, transformarse en una neurótica o en una pasota, o pasarte al lado absolutamente natural. Para gustos, los colores. Y una vez que se está embarazada, las hormonas también toman muchas decisiones.

Para que no sea demasiado lioso, te mostraré los productos por partes:

1- Rutina facial de día
2- Rutina facial de noche
3- Productos para evitar las estrías de día
4- Productos para evitar las estrías (en casa y de noche)
5- Hidratación corporal
6- Aceite para la elasticidad del periné
7- Manicura
8- Productos para el pelo
9- Piernas cansadas

1- Rutina facial de día
Mi piel era mixta con zonas deshidratadas pero durante el primer mes de embarazo empecé a notar tanta grasa en la cara que no me lo podía creer. Era agosto y pensaba que sería a raíz del calor, pero a medida que pasaban los meses el problema no remitía.

Crema hidratante y sérum
Empecé a usar la crema matificante de Frezyderm junto al Revitalizing serum de la misma marca, que hidrata y da luz. Ambos me gustaron mucho, y la crema matificante me ayudó con la producción de sebo hasta tal punto que se me estabilizó la piel.

Hydralba de A-derma es una buena recomendación si buscas una crema algo más hidratante para pieles normales a mixtas. Es maravillosa.

Contorno de ojos

Como contorno de ojos dejé de lado uno con retinol (prohibido) de Sesderma que me estaba gustando para empezar con el de Matarrania, puesto que está elaborado a base de aceites vegetales vírgenes de presión en frío.

Este contorno de ojos de Matarrania era muy hidratante, como un cúmulo de aceites sólidos.

Protección solar SP50
En cuanto a protección solar, tiré de Kiss my face que compré en iHerb.

La protección solar se recomienda durante todo el año, incluso debajo del maquillaje, pero si estás embarazada es de lo primero que te dice la matrona.

Elegí este producto por no llevar parabenos, fragancias artificiales, etc. Fue lo más natural que encontré, aunque quizás haya otras opciones. El de Avene, por ejemplo, está recomendado durante el embarazo.

Ambos, el de Kiss my face y el de Avene, son ligeramente untuosos pero al volver a tener las zonas deshidratadas en mi piel y aparte seguir usando la crema matificante de Frezyderm, lo cierto es que no acumulaba capas de grasa. De manera que me maquillaba encima y me iban bien.

Sí tengo que decir que mi piel no es perfecta y que tengo un buen melasma en la frente (te lo enseñé en el post Cómo neutralizar, que no es lo mismo que tapar, una mancha solar. A pesar de eso, no he tenido manchas nuevas durante el embarazo.


2- Rutina facial de noche
Elegir mi rutina de noche fue una odisea, puesto que es el momento en el que uso productos más específicos y ácidos. Y todo eso se me tuvo que ir de la mente. Es más, algunos de los productos los fui retirando a medida que iba avanzando el embarazo porque era imposible darse cuenta de que algún componente no era el más recomendado.

Limpieza facial
Cada noche limpiaba a conciencia mi piel. Para desmaquillarme los ojos, la verdad es que no llegué a investigar mucho y seguí tirando de los productos que tenía en ese momento. Sé que hay muchos desmaquillantes naturales pero necesitaba efectividad absoluta para no frotar más de la cuenta, por lo que tiré mucho del aceite de caléndula de Missha (es lo único que usé de cosmética coreana puesto que la misma suele ser aclarante). Y de paso, pues me limpiaba el resto del rostro.

Otra opción es usar aceites naturales, pero a mí me dejan los ojos muy borrosos. Uno de ellos es, por ejemplo, el aceite de coco puro de Cococare.

Por otra parte, para eliminar restos de maquillaje y los residuos del aceite hacía uso de jabones naturales con mi cepillo manual para el rostro de siempre, puesto que nunca falla y es muy suave. Y cuando estaba más floja, llegué a usar el agua micelar Ocean de Natur Nua.

Crema hidratante
Finalmente, reduje todo lo que usaba a una sola crema, la crema hidratante nutrititva para pieles mixtas de Matarrania. El motivo es que al tacto es como una mezcla sólida de aceites (similar al contorno de ojos del que hablaba unas líneas más arriba), por lo que era perfecta para la noche.

Contorno de ojos

Usaba el mismo que en la rutina facial de día. 

3- Productos para evitar las estrías de día
Es muy diferente estar embarazada y pasarse el día en casa en pijama, que seguir madrugando y asistiendo al trabajo a diario. Yo me encontraba en este último caso, por lo que necesitaba productos en crema de fácil absorción para poder vestirme inmediatamente y sin que me manchara la ropa.

Utilicé la crema antiestrías de Elancyl, que tiene un olor discreto (algo muy importante, sobre todo si se tienen náuseas), se extiende con facilidad y se absorbe al instante.

Por otra parte, también hice uso de la crema antiestrías de Babé. Su olor se notaba algo más pero era muy agradable y se absorbía igual de bien.

4- Productos para evitar las estrías (en casa y de noche)
Cuando ya estaba en casa por la tarde, que era lo normal, y por la noche la cosa cambiaba. Decidí que me desharía de las camisetas de mis pijamas (a la hoguera directamente) y no dudé en empezar a usar aceites naturales de todo tipo. Digo esto porque los aceites manchan, y si te embadurnas con ellos, más todavía. En especial el aceite de rosa de mosqueta pero yo pensaba que los pijamas se sustituyen y una barriga con estrías es para toda la vida. Es más, hubo un médico que me lo dijo: "puedes operarte todo el cuerpo para volver a ser la de antes, pero las estrías no se quitan, así que échate aceites". Por lo que tenía que hacer todo lo que estuviera en mi mano para evitarlo.

Empecé por el aceite de rosa de mosqueta, que es Dios para mí. Utilicé varias marcas (los más recomendables son de primera presión en frío). Algunos fueron de las marcas Aloe Plant, Eco beauty y Arkopharma. Después lo combinaba con el aceite de almendras 100% natural de Cococare (lo compré en iHerb) o el de Eco beauty. También introduje el aceite de argán que me habían traído hacía un tiempo de Marruecos (tenía mucho porque lo usaba para aliñar las mascarillas para el pelo) y, finalmente, el aceite antiestrías bio de Matarrania y el aceite para cuidados de Pranarom.

He de reconocer que fui muy constante pero, si no recuerdo mal, me lo empecé a tomar en serio a partir del tercer o cuarto mes. ¿El motivo? No se me notaba el embarazo, por lo que pensaba que entonces no había piel estirada. De cualquier manera, lo ideal es empezar a hidratar la piel antes para que no te pille el toro y para que la piel esté debidamente preparada para el estiramiento.


Si te preguntas si finalmente me salieron estrías, la respuesta es que sí. A la semana 33 ya empezaron a lucir en mi barriga y los profesionales sanitarios me dijeron que la genética prevalecía por encima de las cantidades de cremas y aceites que pudiera usar, aunque la prevención era importante y se podían evitar parte de ellas. En fin... el caso es que cuando le vi las orejas al lobo, empecé con el famoso Bio oil. Ahora lo sigo usando y, de momento, dos meses y medio después, no noto disminución de estrías (mis estrías tienen color porque son recientes, no son blancas) por lo que en estos momentos pienso que la inversión ha sido en vano.

5. Hidratación corporal
La hidratación corporal la llevaba un poco menos a rajatabla, para qué negarlo. Al comienzo del embarazo sí tenía partes del cuerpo con descamaciones (sobre todo en la parte de la piel más próxima a los tobillos) y les prestaba especial atención, pero ni me acordaba del resto.

Me daba la sensación de que mi piel se bebía las cremas, por lo que le di caña a Acilac de Sawes, a la emulsión hidratante de Ders, a la manteca de karité de Now Solutions y al gel 100% aloe de Babe.

La crema de Sawes es de absorción rápida y tiene un olor ligero, por lo que no me resultaba molesto.


Por otra parte, la emulsión hidratante de Ders no es específica para embarazo pero está recomendado su uso, además de ser extremadamente hidratante (a fin de cuentas lo que necesitaba) y lleva aceite de rosa de mosqueta, onagra, jojoba, proteínas de seda y vitaminas A y E. Es para pieles delicadas, sensitivas y especialmente reactivas (como las personas que padecen atopia). La compartí con el Señor Untado en Crema, puesto que tiene dermatitis atópica y en esa época sufrió brotes constantes.


Y en algunos momentos en los que quería refrescar la piel (principalmente las piernas) lo que hacía era usar el gel 100% aloe de Babe.

6- Aceite para la elasticidad del periné
Aún recuerdo con asombro la primera vez que una amiga me comentó: "tengo una amiga a la que le daban masajes en el periné con aceite y así fortalecía e hidrataba la zona, y la tía parió sin cortes". No tenía ni idea de que existiera la posibilidad de evitar cortes ahí abajo (episiotomía) pero merecía la pena intentarlo.

Por lo que había leído, era común hacerlo con aceite de almendras, hasta que llegó la moda del aceite de rosa de mosqueta por su poder regenerante. De cualquier manera, utilicé como pude (digo como pude porque no es fácil) el aceite para la elasticidad del perineo de Praranom que está elaborado a base de varios aceites vegetales.


7- Manicura
Otra de las cosas que no comprendía era el motivo por el que tenía que dejar mis uñas al descubierto durante todo el embarazo. Según iba enterándome, los esmaltes de uñas son bastante nocivos por su composición química. Así que durante el embarazo me centré en la base fortificante, el top coat y los esmaltes de Mia Laurens Paris porque me parecieron los más naturales debido a que son 5-Free. Y también es que ya los tenía.

Sí te digo que cuando me quedaba un mes de embarazo, decidí no usar ninguno porque me dijeron que no era buena idea ir con las uñas pintadas a paritorio. Por si aquello acababa en cesárea.

8- Productos para el pelo
Con los champús lo tuve bastante sencillo porque llevaba tiempo usando algunos naturales. Es el caso del champú de árbol del té de limón para pelo graso de Desert Essence, el champú de frambuesa de Desert Essence,el champú de manteca de karité para pelo rizado de Palmers, el champú de argán y naranja dulce de Andalou y el champú de girasol y cítricos de Andalou.

Alguna vez usé algún champú o mascarilla de otro tipo. Fue ya, sobre todo, por el tercer trimestre, cuando la matrona ya me dio permiso para hacerme de nuevo el moldeador. Como el moldeador reseca tanto y deja el pelo algo tieso (sobre todo en las raíces al principio) encomendé mi alma a la mascarilla Repair de Moroccanoil. Y cuando iba a salir a la calle y notaba las puntas especialmente secas, las arreglaba con un poco de Tratamiento de Moroccanoil (aceite que no deja residuo graso).

Para potenciar los rizos, hice uso de la crema de coco de Desert Essence y de la crema de rizos de Beautiful Curls. Y para fijar el rizo, mi gel tipo gomina de siempre.

Aparte, los primeros meses perdi bastante cabello. Se supone que era la época de la berenjena, pero a mí me parecía que era algo más de la cuenta. De manera que utilicé un producto natural que no era nuevo para mí, pero que sí era muy efectivo, el activador del crecimiento del cabello, remineralizante y purificante del cuero cabelludo de Rathma.

9. Piernas cansadas
El gel de masaje Vitiven de Arkopharma lo usé al final del embarazo que fue cuando se me hincharon las piernas. La verdad es que es un gel fresquito, que no da sensación de frío, que se absorbe rápido y que calma bastante. Dio la casualidad de que me lo enviaron desde la marca y por eso lo usé, pero posteriormente he leído en su web que se recomienda no usar durante el embarazo y lactancia.



¡Espero que te sea de ayuda!


¡Besos! ¡gracias por tu comentario!

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...

Por favor, no dejes el link de tu blog. Pincharé en tu perfil de usuario y tendrás mi visita garantizada. Los comentarios que fomenten el spam o que tengas fines de promoción podrán ser borrados.