¿Nos convertimos en Ventresquitas?

¡Hola!

La entrada de hoy era sobre potingues, como no. Sin embargo, os la guardo para otro día ya que he querido romper la dinámica habitual porque un paquete inesperado me ha llenado de alegría. Creo que es motivo suficiente como para hacerle un hueco. Es más, este es su hueco, porque si alguien se acuerda de mí, mi agradecimiento no puede hacerse esperar.

Las que estemos en el sur, tenemos que pensar en el norte. Y quienes estés en el norte, debéis dirigir vuestra mirada a Murias de Rechivaldo, Astorga (León). ¿Por qué? Allí se encuentra una chica impresionante que da vida a La Niña Ventresca. Ella funde su tiempo libre, imaginación, cariño e ilusión para sacar a la luz piezas como las que os voy a enseñar a continuación.

Si sois de carácter dulce, moderno, duro o sencillamente, os va todo, os aseguro que no os va a defraudar porque elabora a mano complementos para todos los gustos.

A La Niña Ventresca no la conocía de nada. Solamente había leído una entrevista que le hizo una blogger y me llamó la atención. Contactó conmigo para enviarme lo que más me gustara de su colección. A pesar de que tenía cosas muy bonitas, me decanté por una libélula que hizo expresamente para mí.

No se a vosotras, pero a mí me encanta:

Este broche lo podéis llevar sobre la solapa de un abrigo, un jerseys, el bolso y un largo etc. A mí, en especial, me gusta lucir los broches en los pañuelos y bufandas. Aunque en verano, irá directa a las camisetas :-)

Como véis, pega con todo: con tonos lisos e incluso estampados. Y desde luego que esa no es la única libélula que tiene... el color lo elegís vosotras ;-)

Le pedí la azul porque es uno de mis colores favoritos y simboliza la amistad... y la Ventresqui y yo ya somos uña y carne :-P

Aunque la sorpresa más grande -ya que no contaba con ella- ha llegado en forma de gominola. Me encantaron sus pasadores, pendientes y broches con las gomitas de toda la vida. Y ella, que es como es, ha querido rellenar el paquetito para que me pusiera más contenta aún más al recibirlo.

Estos huevos fritos son preciosos. En efecto, llevo dos huevos en el pañuelo y quedan muy bien. Las fotos, hablan por sí solas.

¿Qué os parecen en el bolso?

 

A La Niña Ventresca le parecía poco mandarme una libélula volando, cargada con un "par de huevitos". Así, que incluyó una pulserita con tonos muy alegres y una calavera para despertar mi lado más agresivo ;-)

 

Quiero darle las gracias a La Niña Ventresca por tener estos detalles conmigo y, además, felicitarla porque cada vez me gusta más lo que hace. Tatuaros su nombre en la mente, porque os advierto desde ya que más de una tendremos el placer de conocerla. Va a dar que hablar.

Los precios de sus artículos están al alcance de todos los bolsillos y su variedad va incrementándose paulatinamente. Para que lo podáis comprobar por vosotras mismas y convertiros en sus Ventresquitas, os invito a que visitéis el blog de La Niña Ventresca haciendo clic aquí o bien contactar con ella a través de Facebook aquí.

Lleva poco tiempo en la blogosfera, así que seguro que agradece todo nuestro apoyo al blog. 

¿No tenéis curiosidad por saber con qué es capaz de sorprendernos? Eso sí, os advierto que no váis a cerrar su blog sin algún antojo y hasta las que no tenéis por costumbre comer chucherías, no os gustan o incluso os sientan mal, no pararéis hasta masticar una... Os lo dice una humilde servidora a la que los colorantes de las mismas le revuelven el estómago y no paró hasta triturar a toda prisa una fresita. Sin palabras... guardadme el secreto, por favor ;-)

¿Qué os ha parecido? ¿qué os ha gustado más?

¿añadiríais un toque de distinción a vuestra 

indumentaria con los complementos de La Niña Ventresca?

¡Besos! ¡Espero vuestros comentarios!